Abedul: Este género cuenta con más de 60 especies de árboles y arbustos caducifolios de la familia Betulaceae. Está ampliamente distribuido en diversas zonas, incluyendo bosques, turberas, montañas y zonas desérticas del hemisferio norte. Los abedules son uno de los géneros de árboles caducifolios más estables y tolerantes, y son los primeros en aparecer en los bordes de zonas boscosas o desérticas.

Las hojas suelen ser ovaladas con bordes dentados. Aparecen en abril o mayo y se tornan de un amarillo brillante a naranja en otoño.
Los abedules se cultivan comúnmente como bonsái por su corteza, aunque solo dos especies tienen corteza blanca: el abedul blanco (Betula pendula), también conocido como abedul llorón, y el abedul pubescente (Betula pubescens). Existen otras especies de abedul utilizadas por los aficionados al bonsái.
Cabe considerar que los abedules con corteza blanca inicialmente tienen troncos de color marrón claro, y pueden pasar muchos años hasta que adquieran ese apreciado color blanco plateado. Para acelerar este proceso, se recomienda cultivar primero el abedul en condiciones naturales, donde adquirirá su aspecto habitual mucho más rápido, ya que la corteza estará expuesta a la luz solar directa.

El abedul se caracteriza por la muerte y caída de ramas sin causa aparente. Además, la experiencia del maestro bonsái no influye, ya que esto es completamente natural en el abedul. Esta característica puede deteriorar considerablemente la apariencia de un árbol ya formado. Para eliminar este inconveniente, se recomienda cultivar bonsáis con muchas ramas, ya que la pérdida de una no afectará el diseño general.
La muerte regresiva se puede reducir en gran medida mediante la poda.
Suelo:
Suelo arenoso, arcilloso y bien regado, permeable al aire. Para preparar el suelo, utilice la siguiente mezcla: arena, turba y arcilla en una proporción de 1:1:2. Es necesario un buen drenaje.
Iluminación:
Planta que necesita mucha luz. Es fundamental que el abedul reciba mucha luz. Es necesario rotarlo regularmente para que todas sus áreas reciban la misma cantidad de luz.
Temperatura:
Prefiere lugares cálidos y secos. El bonsái de abedul no es tan resistente a las bajas temperaturas como sus congéneres silvestres, por lo que para que la planta no muera, la temperatura no debe bajar de -8 °C.

Riego:
En verano, riegue abundantemente, pero no humedezca demasiado la tierra, ya que los abedules no lo toleran. En invierno, reduzca drásticamente el riego y la tierra debe estar seca. Riegue con agua del grifo a temperatura ambiente.
Fertilizante superficial:
Cada dos semanas hasta finales de verano, con un fertilizante general para bonsáis. Para limitar el crecimiento primaveral intenso, si la planta aún se está formando y no es necesario que engrose, no abone el abedul durante unas 3 o 4 semanas después del inicio de la actividad primaveral.
Formación:
Los brotes nuevos se cortan a 2 o 3 hojas tras el crecimiento activo durante el verano. No es recomendable cortar ramas grandes desde la primavera hasta finales del verano, ya que el abedul libera mucha savia. Por lo tanto, es difícil garantizar un buen tratamiento de las zonas cortadas y el tronco muere en estas zonas, lo que puede provocar su pérdida.
Intente evitar podar los árboles de abedul durante el crecimiento activo para reducir el riesgo de que las ramas se sequen y el árbol muera.
En verano podrás pellizcar árboles fuertes y sanos.
Comprar una planta:
El abedul es poco común entre los aficionados al bonsái principiantes. Es recomendable comprar árboles jóvenes en tiendas especializadas.
Plagas y enfermedades:
Es susceptible a los pulgones y al oídio. El cáncer de abedul puede causar muchos problemas.